Habitar la red al modo ignaciano
Con la red cambia
el modo de comprender y aprehender el mundo. Ya no solamente es el mundo que
detectamos por nuestros sentidos de manera directa, sino que a través de la red
podemos observar, conocer, analizar otros lugares aunque no estemos físicamente
en ellos. En la red existen grandes cantidades de información de diversa
calidad, que nos habla sobre todos los temas.
Es importante la
abundancia y gran diversidad de información de la red, porque nos permite
conocer los variados puntos de vista, las diferentes perspectivas que hay
acerca de algún tema, o situación, incluso visiones contrapuestas, pero todo
ello nos requiere formarnos criterios para analizar, reflexionar y discernir
sobre toda esa data para posicionarnos ante el tema de discusión con mayor
conocimiento desde las discusiones planteadas por los demás.
Aprendemos cuando
dialogamos con otros sujetos que conocen de un tema y que están de acuerdo con
nuestra postura, pero es mucho más enriquecedor dialogar y discutir con
personas que tienen posturas diferentes a la nuestra, pues eso nos permite
cuestionar las bases o principios en que basamos nuestra postura para
consolidarla, o bien, para ampliar nuestro conocimiento y nuestro criterio y
movernos hacia una postura que nos convenza más.
Ya no podemos
concebir al aprendizaje como una serie de recetas a seguir por todos (o
cualquiera) que nos garanticen que esas son las mejores maneras de conocer el
mundo. A partir de la red, el aprendizaje ha roto barreras para ampliar su gama
y hacerlo de manera colaborativa, dialogada, apoyada en una amplia variedad de
recursos tecnológicos y mediáticos, con gran creatividad e innovación, con los
cuales también nosotros diversificamos nuestras propias maneras de aprender y
comprender el mundo en que vivimos.
Podemos definir el
saber en la actualidad como las capacidades desarrolladas por los sujetos para
la búsqueda, el manejo, análisis y síntesis de la información, la capacidad de
reflexionar, dilucidar, seleccionar los datos que nos aporten al desarrollo de
nuestra mente y nos permitan entender las experiencias que estamos viviendo. La
sabiduría de vivir en este mundo con bienestar y en armonía con nuestro
hábitat, para cuidarlo y conservarlo por muchas generaciones más.
De manera
particular, en nuestro departamento utilizamos la plataforma Moodle como un
medio fundamental para el desarrollo de las actividades de aprendizaje. El uso
de los correos electrónicos, y la aplicación de WhatsApp también ofrecen una forma
de comunicación y diálogo que facilita ciertos procesos de enseñanza
aprendizaje. Un poco menos, pero las redes sociales, como Facebook, se han
convertido en plataformas educativas con un nivel mayor de “enredamiento”, para
desarrollar novedosas maneras de comunicación y aprendizaje.
Ser parte de la red
de universidades jesuitas nos ofrece un amplio panorama de oportunidades para
desarrollar nuevas formas de aprender, de dialogar, de discutir, de discernir y
posicionarnos. También nos facilita contar con recursos desarrollados en otros
lugares, con lo que al compartirlos eficientamos esos mismos recursos para
obtener mayor provecho, y a la vez, enriquecerlos con múltiples visiones y
perspectivas, lo que a su vez impacta en un mejor y más consolidado
posicionamiento frente a los temas o situaciones debatidas en otras partes del
mundo.
Los riesgos de
navegar en la red, y caer en lo que llaman la “globalización de la
superficialidad”, son los grandes desafíos que se plantean en la educación
actual: la generación de competencias sobre análisis, reflexión y
discernimiento aplicados a la discriminación de la información existente en la
red, es lo que permitirá tomar decisiones asertivas y adecuadas para el propio
aprendizaje y la construcción de nuestro personal modo de ver y vivir en el
mundo.
En el ministerio
académico de las universidades jesuitas, es necesario promover la profundidad
de pensamiento y la imaginación, la creatividad, con el fin de desarrollar un sentido crítico
en los estudiantes en formación. También podría explotarse más la “universalidad”
al compartir los recursos, desarrollos tecnológicos y nuevos conocimientos de
las diferentes instituciones de la red jesuita, para beneficio de todos,
nosotros y los demás.
Qué interesante todo esto de la red jesuita. Empecé a leer la lectura sobre “Las posibilidades de la Red Jesuita” de Chris Lowney que se comparte en este escenario, y sin duda sería imposible que pudieran tener tales logros sin esa red que fueron fortaleciendo.
ResponderEliminarMe queda la firme certeza de la importancia de hacer red para ser con los otros, las cosas en solitario no hacen eco y los Jesuitas lo han tenido muy claro. A fin de cuentas somos parte de esa red Jesuita por estar aquí en ITESO, sería muy grato hacerlo consciente y aprovechar estos espacios.
Saludos
Que tal Silvia, me parece una manera profunda y sensible de compartirte en estas líneas, para mi ha sido un reto entrar en esta lógica de las redes, pero me hace muchísimo sentido esto que tu citas, "Con la red cambia el modo de comprender y aprehender el mundo", porque al fin de cuentas, la construcción en red permite juntar pedacitos, y eso es esperanzador.
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