martes, 26 de mayo de 2015

Habitar la red al modo ignaciano

Con la red cambia el modo de comprender y aprehender el mundo. Ya no solamente es el mundo que detectamos por nuestros sentidos de manera directa, sino que a través de la red podemos observar, conocer, analizar otros lugares aunque no estemos físicamente en ellos. En la red existen grandes cantidades de información de diversa calidad, que nos habla sobre todos los temas.
Es importante la abundancia y gran diversidad de información de la red, porque nos permite conocer los variados puntos de vista, las diferentes perspectivas que hay acerca de algún tema, o situación, incluso visiones contrapuestas, pero todo ello nos requiere formarnos criterios para analizar, reflexionar y discernir sobre toda esa data para posicionarnos ante el tema de discusión con mayor conocimiento desde las discusiones planteadas por los demás.
Aprendemos cuando dialogamos con otros sujetos que conocen de un tema y que están de acuerdo con nuestra postura, pero es mucho más enriquecedor dialogar y discutir con personas que tienen posturas diferentes a la nuestra, pues eso nos permite cuestionar las bases o principios en que basamos nuestra postura para consolidarla, o bien, para ampliar nuestro conocimiento y nuestro criterio y movernos hacia una postura que nos convenza más.
Ya no podemos concebir al aprendizaje como una serie de recetas a seguir por todos (o cualquiera) que nos garanticen que esas son las mejores maneras de conocer el mundo. A partir de la red, el aprendizaje ha roto barreras para ampliar su gama y hacerlo de manera colaborativa, dialogada, apoyada en una amplia variedad de recursos tecnológicos y mediáticos, con gran creatividad e innovación, con los cuales también nosotros diversificamos nuestras propias maneras de aprender y comprender el mundo en que vivimos.
Podemos definir el saber en la actualidad como las capacidades desarrolladas por los sujetos para la búsqueda, el manejo, análisis y síntesis de la información, la capacidad de reflexionar, dilucidar, seleccionar los datos que nos aporten al desarrollo de nuestra mente y nos permitan entender las experiencias que estamos viviendo. La sabiduría de vivir en este mundo con bienestar y en armonía con nuestro hábitat, para cuidarlo y conservarlo por muchas generaciones más.
De manera particular, en nuestro departamento utilizamos la plataforma Moodle como un medio fundamental para el desarrollo de las actividades de aprendizaje. El uso de los correos electrónicos, y la aplicación de WhatsApp también ofrecen una forma de comunicación y diálogo que facilita ciertos procesos de enseñanza aprendizaje. Un poco menos, pero las redes sociales, como Facebook, se han convertido en plataformas educativas con un nivel mayor de “enredamiento”, para desarrollar novedosas maneras de comunicación y aprendizaje.
Ser parte de la red de universidades jesuitas nos ofrece un amplio panorama de oportunidades para desarrollar nuevas formas de aprender, de dialogar, de discutir, de discernir y posicionarnos. También nos facilita contar con recursos desarrollados en otros lugares, con lo que al compartirlos eficientamos esos mismos recursos para obtener mayor provecho, y a la vez, enriquecerlos con múltiples visiones y perspectivas, lo que a su vez impacta en un mejor y más consolidado posicionamiento frente a los temas o situaciones debatidas en otras partes del mundo.
Los riesgos de navegar en la red, y caer en lo que llaman la “globalización de la superficialidad”, son los grandes desafíos que se plantean en la educación actual: la generación de competencias sobre análisis, reflexión y discernimiento aplicados a la discriminación de la información existente en la red, es lo que permitirá tomar decisiones asertivas y adecuadas para el propio aprendizaje y la construcción de nuestro personal modo de ver y vivir en el mundo.
En el ministerio académico de las universidades jesuitas, es necesario promover la profundidad de pensamiento y la imaginación, la creatividad,  con el fin de desarrollar un sentido crítico en los estudiantes en formación. También podría explotarse más la “universalidad” al compartir los recursos, desarrollos tecnológicos y nuevos conocimientos de las diferentes instituciones de la red jesuita, para beneficio de todos, nosotros y los demás.




viernes, 15 de mayo de 2015

La identidad


Colaborar en el ITESO significa tomar una decisión en completa libertad, con el compromiso de vivir en el mundo desde una perspectiva que integra la plena conciencia de uno mismo como un ser en construcción permanente, en el servicio a Dios y a los demás, en el cuidado de todas las personas que nos rodean y con las que nos encontramos en el camino, en el respeto a la diversidad de creencias, tradiciones y modos de estar en el mismo mundo, así como el cuidado de la naturaleza de esta Tierra que compartimos.
Lo que más me gusta de la universidad es lo que he aprendido, y sigo aprendiendo, de la manera de vivir al modo ignaciano. La filosofía jesuita, al aprenderla y vivirla, la vamos in-corporando, para trascender más allá de la vida académica a la totalidad de la existencia, y más allá de mí misma, se expresa en el trato y las interacciones con los demás.



martes, 12 de mayo de 2015

Hola, soy Yolanda....

Soy profesora e investigadora en el Departamento del Hábitat y Desarrollo Urbano, imparto clases para los arquitectos y para la maestría en ciudad y espacio público sustentable.
Me interesan los temas de la ciudad y los espacios públicos, vistos desde una perspectiva sociológica, esto es, la vida de las personas en los espacios urbanos.
Los Estados deberían cooperar en el fortalecimiento de su propia capacidad de lograr el desarrollo sostenible, aumentando el saber científico mediante el intercambio de conocimientos científicos y tecnológicos, e intensificando el desarrollo, la adaptación, la difusión y la transferencia de tecnologías, entre estas, tecnologías nuevas e innovadoras (Agenda 21, 1992).

lunes, 11 de mayo de 2015

La ciudad somos todos los que la vivimos a diario

La ciudad es más que arquitectura, urbanismo, diseño.... es cultura, tradición, cotidianeidad; la ciudad soy yo, eres tú y todos los demás que la vivimos. La ciudad somos nosotros.